domingo, 2 de noviembre de 2008

Pedro Páramo

PERSONAJES

Pedro Páramo: Es el padre de Juan Preciado. Pedro tuvo a muchos hijos con diferentes mujeres e hizo varias cosas malas.
Juan Preciado: Es el hijo de Pedro Páramo en la historia. Cuando su madre se muere va a buscar a su padre.
Damiana Cisneros: Ayudó a Dolores, la mamá de Juan Preciado, a cuidarlo cuando era chico.
Dolores Preciado: Es la madre de Juan Preciado, a quien le tenia mucho amor.
Doña Eduviges: Amiga de Dolores, la madre de Juan Preciado, a quien le gustaba contar historias.
Miguel Páramo: Era el hermano de Juan Preciado en la historia.
Lucas Páramo: Padre de Pedro Páramo, por lo tanto, era el abuelo de Juan Preciado.
Abundio Martínez: Persona que asesino a Pedro Páramo con una puñalada.
El arriero: Ayuda a Juan Preciado a que encuentre a su padre. El arriero también es hijo de Pedro Páramo.
Padre Rentería: Sacerdote de una iglesia de Comala.
Susana San Juan: Es la mujer a la que Pedro Páramo amó más.

CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL

Debido a la situación en un tiempo preciso de la acción, en la que se incluyen referencias a la Revolución Mexicana (1910) y a la Insurrección de Los Cristeros (1926-1928), puede decirse que hablamos de una novela histórica que revela, personajes históricos que en realidad existieron. Pedro Páramo es la esencia del cacique local, tan extendido en países hispanoamericanos. Incluso el lugar de la acción es un retrato de cómo era en la época el México rural.
Juan Rulfo
Nació el 16 de mayo de 1918, en el Estado de Jalisco, en una región denominada “los bajos”(será el escenario de la mayoría de sus creaciones). Hijo de una familia de hacendados adinerados, pasó cuatro años de su infancia en un orfanato, por la muerte de su padre. Fue testigo de los crueles enfrentamientos entre el gobierno y los cristeros (1926-1928). La muerte y la injusticia ensombrecieron sus primeros años. Su familia era poseedora de haciendas y sufrió las consecuencias de la revolución mexicana que los dejó arruinados.
Su abuelo murió cuando tenia cuatro años, tenía seis cuando asesinaron a su padre, el cual fue asesinado por unos gavillas, su madre murió cuatro años después; entre tanto mataron a dos hermanos de su padre, luego, casi en seguida murió su abuelo paterno, otro tío suyo murió ahogado en un naufragio; y así de 1922 a 1930 solo conoció la muerte.
Después de vivir en Guadalajara se marcha a la Ciudad de México y cursa apenas un año en la universidad, pero necesidades económicas lo llevan a trabajar y gracias a su tío Daniel consigue un puesto en el departamento de migración de la Secretaría de Gobernación en México.
Todos aquellos hechos que vivió en su infancia, llevaron a que el tema de su obra Pedro Páramo (1955) fuera la muerte y que los protagonistas de sus obras sean los campesinos e indígenas de México de su infancia: sin esperanza de cambio, y los caudillos revolucionarios bandidos y codiciosos.

SECUENCIA NARRATIVA (RESUMEN)
Pedro Páramo
Escrita por Juan Rulfo y publicada en 1955.

Juan Preciado, como promesa a su mamá cuando fallece, va en busca de su padre a Comala, un pueblo fantasma y con personajes misteriosos y enigmáticos. Durante su búsqueda, Juan conocerá a varios personajes relacionados con Pedro Páramo, su supuesto padre, aunque todos le informan de que ha muerto, y el pueblo parece abandonado. Cuando iba por un camino, de tierra, Juan Preciado se topó con un señor que era arriero. Juan le preguntó que si conocía el camino para ir a Comala, éste le respondió que si. Después, Juan le preguntó que si conocía a un hombre llamado Pedro Páramo. Rápidamente éste le dijo que sí, que él era su papá. Así que Juan decidió preguntarle su nombre, éste le respondió que se llamaba Abundio. Al oír que su padre era Pedro, Juan se sorprendió porque se percató de que no solo él, era su hijo.
Abundio lo llevó hasta donde Eduviges habitaba. Al llegar Juan tocó la puerta y rápidamente abrió la señora. Esta le preguntó que si él era el hijo de Dolores Preciado. Este le contestó que sí, pero no tenía idea de cómo sabía. Así que le preguntó. Y la señora le contestó que su madre le platicaba mucho de él. Se sorprendió ante la respuesta de la señora ya que su madre estaba muerta. Y ella le dijo que le avisó que iba a ir.
Juan estaba muy sorprendido al saber que había estado platicando con muertos. Desesperado, Juan empezó a caminar hasta llegar a casa de unas personas que estaban vivas. Creían que Juan era un ladrón, ya que hacía mucho tiempo ya que nadie habitaba el pueblo.
Cierta noche, Juan tuvo problemas para respirar y murió. Después de eso se enteró de cómo era su padre. Nadie lo quería. Era muy egoísta. Además, se aprovechaba de cualquier mujer, y tenía muchos hijos.
La historia de Juan se intercala así con la historia de su padre y su amante, Susana San Juan, y de su hijo Miguel Páramo, todo ello sucedido años antes durante la Revolución Mexicana.

FUNCIONES CARDINALES

“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo... Pero no pensé en cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones” (pág. 5)
“-¿Conoce usted a Pedro Páramo? - le pregunté.
“Me atreví a hacerlo porque vi en sus ojos una gota de confianza.
-¿Quién es?- volví a preguntar.
-Un rencor vivo- me contestó él. (pág. 8)”
“- No yo preguntaba por el pueblo, que se ve tan solo, como si estuviera abandonado. Parece que no lo habitara nadie.
- No es que lo parezca. Así es. Aquí no vive nadie.
- ¿Y Pedro Páramo?
- Pedro Páramo murió hace muchos años” (pág. 9)
“Vi pasar las carretas. Los bueyes moviéndose despacio. El crujir de las piedras bajo las ruedas. Los hombres como si vinieran dormidos.
“... Todas las madrugadas el pueblo tiembla con el paso de las carretas. Llegan de todas partes, copeteadas de salitre, de mazorcas, de hierba. Rechinan sus ruedas haciendo vibrar las ventanas, despertando a la gente. Es la misma hora en que se abren los hornos y huele a pan recién horneado. Y de pronto puede tronar el cielo. Caer la lluvia. Puede venir la primavera. Allí te acostumbrarás a los “derrepentes”, “Mi hijo”.
Carretas vacías, remoliendo el silencio de las calles. Perdiéndose en el oscuro camino de la noche. Y las sombras. El eco de las sombras.” (pág. 53/54)
“- Mejor no hubieras salido de tu tierra. ¿Qué viniste a hacer aquí?
- Ya te lo dije en un principio. Vine a buscar a Pedro Páramo, que según parece fue mi padre. Me trajo la ilusión.” (pág. 69)
“El agua que goteaba de las tejas hacía un agujero en la arena del patio. Sonaba: plas plas y luego otra vez plas en mitad de una hoja de laurel... (...) “Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes cuando volábamos papelotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba de la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo...”(...) “El aire nos hacía reír, juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento...” (...) “Tus labios estaban mojados como si los hubiera besado el rocío.” (pág. 15/16)
“Por la noche volvió a llover. Se estuvo oyendo el borbotear del agua durante un largo rato... (...) “Miraba caer las gotas iluminadas por los relámpagos, y cada que respiraba suspiraba, y cada vez que pensaba, pensaba en ti, Susana.” (pág. 18)
“- ¿Y las leyes?
- ¿Cuáles leyes, Fulgor? La ley de ahora en adelante la vamos a hacer nosotros. ¿Tienes trabajando en la Media Luna a algún atravesado?
- Pues, mándalos en comisión con el aldrete. Le levantas un acta acusándolo de “usufructo” o de lo que a ti se te ocurra. Y recuérdale que Lucas Páramo ya murió. Que conmigo hay que hacer nuevos tratos.” (pág. 47)
“El asunto comenzó - pensó- cuando Pedro Páramo, de cosa baja que era, se alzó mayor. Fue creciendo como una mala yerba. Lo malo de esto es que todo lo obtuvo de mí: “Me acuso padre de que ayer dormí con Pedro Páramo.” “Me acuso de que tuve un hijo de Pedro Páramo.” “De que le presté mi hija a Pedro Páramo.” Siempre esperé que él viniera a acusarme de algo, pero nunca lo hizo. Y siempre estiró los brazos de su maldad con ese hijo que tuvo. Al que reconoció, sólo Dios sabe por qué. Lo que sí sé es que yo puse en sus manos ese instrumento.” (pág. 79)
“... Pedro Páramo causó tal mortandad después que le mataron a su padre, que se dice casi acabó con los asistentes a la boda en la cual Lucas Páramo iba a fungir de padrino. Y eso que a don Lucas nomás le tocó de rebote, porque al parecer la cosa era contra el novio. (...) Pedro Páramo arrasó parejo. Eso fue allá en el cerro de Vilmayo, donde estaban uno ranchos de los que no queda ni el rastro... Mira, ahora sí parece ser ella. Tú que tienes los oídos muchachos, ponle atención... (...)
- Se queja nada y nada más. Tal vez Pedro Páramo la hizo sufrir.
- No creas. Él la quería. Estoy por decir que nunca quiso a ninguna mujer como a ésa. Ya se la entregaron sufrida y quizá loca. Tan la quiso, que se pasó el resto de sus años aplastado en un equipal, mirando el camino por donde se la habían llevado al camposanto. Le perdió interés a todo. Desalojó sus tierras y mandó quemar los enseres... (...)
“desde entonces la tierra se quedó baldía y como en ruinas. Daba pena verla llenándose de achaques con tanta plaga que la invadió en cuanto la dejaron sola. De acá para allá se consumió la gente; se desbandaron los hombres en busca de otros “bebederos”. Recuerdo días en que Comala se llenó de adioses...” (pág. 91/92)
“La Media Luna estaba sola, en silencio. Se caminaba con los pies descalzos; se hablaba en voz baja. Enterraron a Susana San Juan y pocos en Comala se enteraron. Allá había feria. Se jugaba a los gallos, se oía música; los gritos de los borrachos y de las loterías. Hasta acá llegaba la luz del pueblo, que parecía una aureola sobre el cielo gris. Porque fueron días grises, tristes para la Media Luna. Don Pedro no hablaba. No salía de su cuarto. Juró vengarse de Comala:
- Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre.
- Y así lo hizo.” (pág. 134)

CATALISIS

El diálogo es un instrumento inapreciable para caracterizar a los personajes. El diálogo también pondrá de manifiesto la clase social a la que pertenecen los personajes. Las diferentes variedades diastráticas (sociales) utilizadas deben ponerse de manifiesto. Algunos narradores, además, se dejan contagiar por estos usos: abandonan repentinamente su registro culto y utilizan un registro semejante a los personajes que describen. Las obras de Baroja y Cela son buena muestra de ello. Generalmente las variedades que mejor se reflejan son las de las clases sociales menos pudientes. Se encontrarán registros coloquiales, familiares, vulgares, etc. Hasta llegar a las jergas de los mundos marginales.

ESTRUCTURA DEL RELATO

La novela es sumamente compleja de entender debido a que la perspectiva con la que se lee cambia totalmente al lector enterarse de quien es el que narra la historia. Pese a esto, en esta estructura se pueden distinguir dos planos:

Estructura externa: Está formada por numerosas secuencias que forman parte de una historia rota y desordenada que el lector debe ir uniendo para desentrañar su mensaje.
Estructura interna: Aquí se pueden distinguir tres líneas narrativas que a lo largo de la obra se entrecruzan unas con otras:

·1ª Línea: Son las secuencias referentes a Juan Preciado, narradas en primera persona y con un cierto orden cronológico.
·2ª Línea: Son las secuencias referentes a Pedro Páramo, narradas en tercera persona y con un agudo desorden cronológico.
·3ª Línea: Son las secuencias mixtas. En ellas, secuencias de la 1ª línea hacen referencia a hechos de la 2ª.

Aunque parezca evidente, es importante hacer notar que el desarrollo de la narración es mucho más claro cuando el lector comprende que Juan Preciado narra la historia a Dorotea la Cuarraca desde la tumba, hecho que el lector no descubre hasta bastante avanzada la novela, por lo que con anterioridad predomina la historia de Juan Preciado. De ahí en adelante es la historia de Pedro Páramo la que predomina por sobre la de Preciado.

El desorden cronológico de las secuencias, junto a la narración entrecortada y los bruscos racontos, constituyen una exquisitez y una gran perfección técnica, así como una gran innovación en las técnicas narrativas, que dan una nueva, activa y apasionante actitud al lector (es necesario involucrarse para comprender la narración, de lo contrario será muy difícil lograrlo).
El propósito de tal complejidad en la obra quedó declarado por Juan Rulfo, quien confesó que su intención había sido la de “impregnar al lector de la historia de un vivir colectivo, de la relatividad del tiempo humano y de la vecindad entre la vida y la muerte”, temas centrales en la novela, cuya reflexión detenida por el lector es la única clave para el entendimiento de la obra.
Mario Emilio Juàrez, Claudia López, Javier Morelos, Paloma Vàzquez

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