martes, 15 de diciembre de 2009

El Nombre de la Rosa

Umberto Eco, uno de los escritores más afamado del siglo pasado, considerado el padre de la semiótica y gran conocedor del mundo medieval, es el autor de esta novela titulada “El nombre de la rosa”, escrita en 1982, cuya trama se desarrolla en la época, precisamente, medieval.

El texto es sumamente interesante, narra la historia de una abadía envuelta en el misterio debido a la muerte de un monje residente; además dicho monasterio sería la sede de una discusión de otra orden religiosa, los franciscanos, con representantes de la bula papal; la discusión versaba sobre la riqueza de la iglesia, los franciscanos, a imitación de Cristo, practicaban el voto de pobreza y pedían que el resto de la jerarquía eclesial repartiera sus pertenencias entre los más necesitados. Para ese debate llega al monasterio un franciscano llamado William, amante del conocimiento y deseoso de seguir adquiriéndolo. Este personaje, junto con su novicio, se encargan de investigar lo que sucede en el interior de la abadía.

Es un relato con elementos policíacos, pero lo más interesante es que refleja lo que se vivía en el período Medioevo, se dice que el arte es un reflejo de la realidad, y con esta historia es prueba de ello. Eco, conocedor de la época medieval, plasma en su novela una pintura de lo que acontecía durante este período; la iglesia, institución dominante en aquella época, dictaba las normas de convivencia social y económica de todos los pueblos, no permitía que nadie la contradijera y prohibía todo tipo de conocimiento por miedo a que provocara dudas, y estas terminaran por poner punto final al poder alcanzado por esta institución. Es debido a esta situación que a este período se le conoce como el oscurantismo, el poco conocimiento que se logró estaba resguardado por la iglesia. En un pasaje del libro se menciona, palabras más, palabras menos, que el conocimiento no debe buscarse, ya que sólo se reinventa, craso error.

Para evitar todo tipo de altercados que pusieran en entredicho los dogmas religiosos, se creo una institución denominada “Santa Inquisición”, que de santa sólo tenía el nombre, y que se encargaba de castigar cualquier herejía.

Durante ese período, herejía, como bien lo retrata el texto, era todo aquello que atentaba contra los principios de fe que sustentaban a la iglesia, se castigaba la brujería y cualquier rito ligado a ésta, pero también se castigaba a todo aquel que lograra algún descubrimiento que difiriera de lo que la iglesia dictaba; respecto a esto último el texto narra precisamente, que nuestro personaje principal tuvo un conflicto con el tribunal inquisidor, debido a que cuando él era miembro de dicho tribunal defendió a un hombre acusado de herejía por traducir un libro escrito en griego.

Este libro, curiosamente es el hilo conductor de la historia, ya que es el causante indirecto de todas las muertes suscitadas en el interior de la abadía; es un libro de humor escrito por Aristóteles y que se albergaba dentro de la biblioteca oculta del monasterio, a la que únicamente tenían acceso unos cuantos. Uno de los abades, que decía odiar el humor porque atentaba contra la fe, debido a que se corría el riesgo de que la gente pensara que se podía reír de cualquier cosa, incluso de Dios, pone veneno en las páginas de este libro, así quien lo leía moría inevitablemente. Esto es una muestra de lo que el deseo de poder y una fe malentendida pueden llegar a realizar. La iglesia que se esforzó durante diez siglos por evitar que el conocimiento se buscara y desarrollara, que mantuvo la fe de los fieles mediante miedo y no mediante la convicción, no cuidó un pequeño detalle, que dentro de la misma institución existían hombres a los que les nació el amor por el conocimiento y que a través de éste comenzaron a tener dudas y a otorgar respuestas que la iglesia no tenía.

Esta es la temática de “El nombre de la rosa”, donde un personaje, un monje, va más allá de lo que el resto de la iglesia decía, “lo que sucede es producto del demonio”, mientras William afirmaba “lo único que hay aquí del demonio, es la idea que todos tiene de él”, de esta manera logra esclarecer el misterio que se vivía dentro del monasterio.

Desde mi punto de vista, un gran libro, una excelente historia que nos hace viajar en el tiempo y nos hace parte del Medioevo, muy bien detallada. Sin duda recomendada y considero que es uno de los libros que deberíamos tener en nuestra colección personal.

Luis Enrique García, FES-Aragón-UNAM

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