La ética en el estudiante

La sociedad se encuentra en un incesante cambio, las costumbres, las relaciones humanas, la ciencia, las labores cotidianas, etc., tienden a modificarse ya sea para bien o para mal. La educación de nuestro país no es la excepción, tanto la forma en la que se lleva a cabo, como los recursos y herramientas de uso han avanzado con el paso del tiempo, actualmente la tecnología multimedia ha desempeñado un papel fundamental, facilitando al estudiante a realizar sus labores escolares de una forma más cómoda y precisa.
Sin embargo, hay cosas que nunca cambian, y entre ellas están las normas sociales que generan armonía y justicia en las instituciones educativas, tales como el buen comportamiento, la honestidad, la responsabilidad, el compañerismo, entre otros. No sólo el estudiante debe manejar una ética, también los profesores, intendentes y demás miembros del recinto escolar deben acatar dichas reglas para el buen funcionamiento de la educación.
Desde el punto particular del estudiante, tener bien en claro las reglas sociales en el ámbito educativo no implica exclusivamente una armonía para con los que lo rodean, sino que de igual manera será más fácil lograr su objetivo, el cual es más que obtener un conocimiento, obtener experiencia de la vida en sí, de lo contrario, mediante trampas y hándicaps, las experiencias no serán del todo gratas y el conocimiento adquirido será limitado.
Tanto en la educación como en todas las actividades realizadas es lo más adecuado acatar las reglas dictaminadas por la ética social, ya que estas fueron realizadas con ese propósito, basándose en las experiencias pasadas dentro de un conjunto social específico. Es muy común en el adolescente que presente comportamientos de rebeldía, más ahora que el capitalismo ha infundido en ellos esa actitud mediante la música, la publicidad y las distintas modas, sin embargo no son más que ideologías pasajeras sin fundamento alguno, por eso es necesario como estudiante analizar lo que es bueno, lo que es malo (no todas las reglas sociales pueden ser benéficas, depende el tipo de persona), e ir haciendo nuestra propia concepción de la ética para lo que más nos convenga, reitero, no sólo en la escuela, sino en TODAS nuestras actividades.
Peña Vázquez Jonathan David, FES-Aragón-UNAM